TYEN, Experiencia y GENIALIDAD al servicio del maquillaje más sofisticado.
Su gran sentido de la estética y una exquisita sensibilidad convierten a Tyen en un auténtico mago de la belleza, cuyas creaciones traspasan lo puramente publicitario y comercial para elevarse como autenticas obras de arte, merecedoras de un hueco en las salas de exposiciones más importantes del mundo. De origen vietnamita llegó a París con tan sólo 16 años, y fue en la capital del Prêt à Porter donde comenzó su fulgurante carrera en el mundo artístico. Tras acabar sus estudios de Bellas Artes pasó a convertirse en el responsable de maquillaje de la Opera de París, época que le granjeó amistades tan prestigiosas como las de los fotógrafos Richard Avedon, Helmun Newton o Irving Penn, cuyas influencias le permitieron pasearse por las páginas de publicaciones de la talla de Vogue – en sus ediciones francesa y americana-, Vanity Fair o Elle.
Pero no será hasta finales de los 70 cuando Tyen comience de verdad su época más dulce y fructífera tras ser nombrado director creativo de maquillaje de la firma francesa Dior. Por aquel entonces el maquillaje estaba exclusivamente vinculado al mundo del arte y el teatro, pero gracias a su trabajo para la Maison, el vietnamita logró revolucionar el universo de la cosmética vinculándola al lujo y a la alta costura. Gracias a su savoir faire y a la perfecta conjugación de los dos mundos en los que se mueve el artista, sus orígenes orientales y su cosmopolita visión occidental, Christian Dior ha posicionado sus líneas de maquillaje en lo más alto del panorama social internacional, entendido por las socialités más glamourosas como sinónimo de elegancia y perfección. Aunque desde 2006 tan solo existe una mujer que llena la cabeza de Tyen, su musa e incondicional amiga, además de bellísima, Mónica Bellucci, son muchas las Top Models que han querido ponerse en sus manos, Naomi Campbell, Linda Evangelista, Iman o Carla Bruni entre ellas.
A juzgar por el resultado de su trabajo como fotógrafo nadie pensaría que este talento nació como fruto de la casualidad, pero fue tras la marcha de Steven Klein –su fotógrafo en la Maison- cuando Tyen, alentado por Maurice Roger, expresidente de Dior, decidió plasmar él mismo sus extraordinarias creaciones sobre el papel. "Fue entonces cuando decidí pasar al otro lado del objeto. Pude así poner en práctica todo lo que había aprendido en la sombra" comentaba el propio Tyen. Y es que contemplar sus imágenes se convierte en toda una experiencia para los sentidos. Es capaz de apreciar la belleza de los objetos con una extrema exquisitez y domina a la perfección la luz necesaria para captar cada textura. Con motivo del treinta aniversario de su entrada en Dior, se celebró el pasado mes de septiembre una retrospectiva de sus mejores trabajos en París, donde los espectadores más afortunados pudieron disfrutar durante dos días esta maravillosa explosión de colores en un enclave único como es el Palais de Tokyo , al borde del Sena y frente a la Torre Eiffel.
Pero no son solo sus fotografías y campañas publicitarias lo que le han hecho crearse un hueco importante en el mundo de la moda durante su trayectoria en Dior, sino que además ha sido el creador de productos cosméticos revolucionarios que ya se han convertido en clásicos en los tocadores de miles de mujeres en todo el mundo. Un ejemplo de ello es la paleta de sombra de ojos 5 couleurs, de la cual se han creado más de 130 combinaciones de colores. En 1982 creó Neige de lune, una paleta de cuatro sombras cuyo color cambia en función de la intensidad de la luz, y dos años después presentó su archiconocida máscara de pestañas azul eléctrico. En 1990 lanzó al mercado Lumiere noir, una gama de productos compuesta por delineador, laca de uñas y máscara de pestañas que solo se hacen visibles bajo la luz negra. Continuando con una innumerable lista de productos innovadores a los que se suman campañas tan exitosas como las de los perfumes Poison, Dune o la reciente Hypnótic Poison. Aunque su gusto por los colores intensos y las combinaciones más extravagantes han creado tendencia en las pasarelas, Tyen es consciente de que la mujer actual prefiere un maquillaje más transparente y sensual. “Las mujeres compran una sombra amarilla o azul porque lo dicen las revistas, pero luego no la llevan. En los desfiles ves esos colores, pero yo en la calle no veo amarillo o azul; veo marrón, gris, beis, rojo” a lo que añade “Intentamos encontrar una armonía entre industria y realidad para que las mujeres estén a la moda y se sientan felices y a gusto”.
La exclusión social y su impacto en Perú
A lo largo de la historia de la humanidad los individuos siempre se han organizado en grupos o sociedades en las que han existido diferentes niveles o estratos de poder, pero si es verdad que en nuestra sociedad actual y gracias a fenómenos como la revolución industrial o el boom de las comunicaciones, estas diferencias se han acentuado. La exclusión social es un proceso mediante el cual los individuos se ven excluidos completa o parcialmente de la participación en la sociedad en la que viven causándoles un impacto psicológico que derivará en un sentimiento de marginación.
Tradicionalmente la exclusión social se asocia a la pobreza, y si bien ambos aspectos están estrechamente relacionados, no es imprescindible que vayan siempre de la mano. En los países desarrollados las principales causas de la exclusión vienen derivadas por factores como el desempleo, la edad o la identidad cultural o étnica mientras que en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo los factores están relacionados con el consumo: dificultad de acceso a los servicios básicos como la educación, la salud, la nutrición o el agua potable.
Como hemos dicho anteriormente la pobreza es muy a menudo un síntoma de exclusión social. Las personas que poseen menos recursos económicos sufren un mayor riesgo de enfrentarse a lacras sociales tales como enfermedades, violencia o desastres naturales, y por tanto se hayan en una situación de mayor vulnerabilidad respecto al resto de la población, con lo cuál se ven sumidos en un círculo vicioso del que es imposible salir y que incluso se transmite de generación en generación.
En el caso concreto de Perú existen factores muy específicos que han dado lugar a que la exclusión social sea uno de los problemas más graves a los que se enfrenta su población hoy en día. Se trata de un país con una gran diversidad cultural, un país mestizo con tres áreas muy diferenciadas geográficamente(la sierra, la selva y Lima metropolitana) y enormes diferencias sociales, a las que se suma un poder con falta de liderazgo en manos de una débil burguesía que se apoya en la fuerza económica extranjera. Todo esto da lugar a una tremenda falta de identidad nacional que conlleva una desintegración del país. Esta inequidad, a su vez, condiciona las estructuras socioeconómicas y políticas del país, puesto que está ligada a factores como la situación geográfica, la discriminación por cuestiones de género, casta o étnia. En Perú existe un amplio sector de la población históricamente ignorado por el estado y la sociedad- los indígenas- lo que impide que el país no apunte hacía un horizonte común. Esta personas no pudieron ser parte de los cambios que acontecían en su sociedad, siendo excluidas en gran parte de los beneficios que ofrece el proceso de modernización y de expansión del mercado.
Si se analizamos los diferentes factores que hemos nombrado anteriormente como causantes de la exclusión social en este tipo de países, podemos darnos cuenta de que la diferencia entre las zonas de la sierra y la selva comparada con los resultados obtenidos para la zona de Lima metropolitana son abismales. La falta de acceso a la educación, por ejemplo, que es un síntoma claro de exclusión social al dificultar al individuo su incorporación al mercado laboral, afecta en mayor medida a la población campesina(sobretodo en cuanto a la educación secundaria) que a la población urbana, y alarmantemente más si hablamos en concreto de la población femenina.
Para superar una situación de exclusión social como la que vive Perú, los esfuerzos de las clases dirigentes deben centrarse no solo en disminuir las carencias, aumentando y mejorando las infraestructuras, sino también desarrollar y promover la educación y sobretodo la creación y promoción de una integridad nacional, en la cual se reconozcan las diferencias raciales y culturales. Se estima además necesario la importancia de determinar quienes han sido excluidos socialmente y de que manera se están viendo afectados para plantear cuales son las medidas y programas que puedan contribuir a disminuir los niveles de exclusión social.
La Educación gratuita en Kenia: ¿Avance o retroceso?
Resulta tan poco alentador pensar que un país que en la actualidad cuenta con 34,7 millones de habitantes, un país con una diversidad cultural tan grande y rica, nos ofrezca datos tan escalofriantes como una esperanza de vida de 55 años o un 15% de población analfabeta. La Montaña Luminosa de África (significado de Kenia según una de sus lenguas locales), no parece ofrecer mucha luz en pleno siglo XXI. La conflictiva y violenta situación política que arrastra al país desde tiempo inmemoriales y la tardía implantación de la democracia , a lo que se suman los más de 240.000 refugiados de los países vecinos, han retrasado enormemente la cobertura de ciertas necesidades primarias como la educación.
Como de costumbre, los mayores afectados por estos conflictos sn los colectivos más vulnerables, es decir, los menores, que en los países en vías de desarrollo castigados por la guerras, la sequía, el hambre o el VIH carecen del clima seguro y los servicios que suministran las escuelas. Todo debido en gran medida a los elevados costos escolares.
En el área del África subsahariana, estos costos equivalen a una cuarta parte de los ingresos de las familias más pobres. Con el objetivo de eliminar estas barreras y poner al alcance de todos un servicio básico como es la educación, algunos países han desarrollado políticas que tienden a eliminar esos costes escolares. De hecho Kenia fue le primer país dentro del marco de la política de Educación para Todos, que promocionó la enseñanza primaria gratuita en 2003. Esta medida se tomó tras la llegada al poder de la Coalición Nacional del arco Iris, liderada por Kibaki.
Con motivo de esta política las autoridades se comprometieron a pagar a la escuelas 130 $/año por alumno, suma que debería cubrir los costos de clases y administración, mantenimiento y mejora de la escuela. A pesar de ello los padres todavía son responsables de los uniformes y el almuerzo, y de los gastos de residencia para los niños internados. Puesto que según datos de la ONU el 22,8% de la población keniata vive en la pobreza parece que estas medidas son aún insuficientes.
En un primer momento las cifras parecían ofrecernos un futuro optimista: 1,7 millones de niño y niñas que habían estado excluidos del sistema educativo hasta ese momento pudieron matricularse. La medida recibió muchas alabanzas, ero enseguida llegaron los problemas. Muchas aulas comenzaron a colapsarse, obligando a los profesores a trasladar sus clases a espacios al aire libre. Pero sin duda el mayor problema que se planteó fue la insuficiencia de personal docente cuyo aumento no fue directamente proporcional al de alumnos matriculados. Llegaron a registrarse ratios de hasta 80 alumnos por profesor.
El Sindicato de Profesores estimó necesario el aumento del personal docente para 2007 en 60.000 profesores más, además de la revisión de sueldos del actual profesorado que aumentó su carga lectiva de forma considerable tras la adopción de la nueva medida. En 2003, 2 millones de menores se sumaron a los 6 que ya colapsaban las aulas, de modo que 6 años después aún persisten las dudas sobre la calidad de este plan. Tras quedar en evidencia la escasez de maestros, manuales de texto e instalaciones adecuadas es imposible pensar que se está ofreciendo una educación a la altura.
La enseñanza como un bien básico accesible a todos, no consiste en amontonar a los niños en aulas para mantenerlos entretenidos, sino poner a su disposición un profesorado suficiente y cualificado que les proporcione una enseñanza de calidad.
En este marco de confusión, el gobierno de Kenia introdujo en 2008 la enseñanza secundaria gratuita. Con alrededor de 4.500 centros secundaria muchos de los cuales carecen de instalaciones adecuadas, el país acogió el pasado año a 1,4 millones más de alumnos. Según el Sindicato de profesores hubieran sido necesarias al menos 250 escuelas más. A estas peticiones el gobierno alegó que los locales existentes eran suficientes para cubrir el aumento del alumnado, pero que el problema radicaba en que muchos de los espacios no estaban bien utilizados mientras que otros estaban congestionados y que trabajarían para asegurar un mayor equilibrio. Sin embargo este sigue sin ser el problema principal. Es la falta de personal docente de nuevo, lo que no permite avanzar a este sistema educativo y lo está poniendo al borde de un estrepitoso fracaso, convirtiéndolo en un círculo vicioso.
Conseguir que los menores acaben sus estudios de secundaria no es suficiente de cara a su futuro, si esa educación que se les ofrece no tiene la calidad suficiente. Es muy bonito leer en los periódicos que un montón de países se reúnen en sus confortables sillones para hablar de meta maravillosas y de conquistar la educación primaria universal como uno de los objetivos de Desarrollo del Milenio para el 2015 cuando en realidad, en el mundo aun existen 115 millones de niños y niñas en edad escolar que no reciben ninguna educación.
Columna de Opinión
LibertadDe nuevo hemos podido ver a Fidel Castro ante las cámaras, y como viene siendo habitual en sus últimas apariciones públicas, el comandante luce un “elegante conjunto deportivo”. Bueno, está muy bien que quiera dejar claro que quien manda ahora es su hermano, pero ¿Es necesario que salga ante medio mundo con esas fachas? Parece que ya han quedado atrás aquellos días gloriosos de uniforme verde caqui, cuerpo robusto y gesto militar, y ya solo nos queda la imagen de un anciano débil, en chándal y con un aire algo quijotesco.
Paseando por las calles de La Habana encontramos pancartas con eslóganes comunistas, antinorteamericanos, antiimperialistas, e inclusos algunos que claman “Viva Fidel 80 años más”, y los turistas sonríen y bailan al son de la salsa creyendo que allí, en Cuba, todo es fiesta. Pero en lo profundo de la ciudad, los mercados, los autobuses, las calles que nadie visita,…ahí está la verdadera realidad del régimen. Un kilo de arroz al mes por familia, nada de leche, nada de huevos, ni casas propias, ni libertad de pensamiento, ni vida. Las generaciones cambian y ahora los jóvenes cubanos crecen sabiendo que hay más vida y mejor fuera de la isla, y sobretodo que Fidel es prescindible como se ha demostrado en los últimos meses, y que no es un dios como creían sus padres y abuelos. La Cuba comunista que conocemos hoy en día va a cambiar, Raúl Castro no es lo suficientemente poderoso para enfrentarse a un pueblo sediento de libertad y de mayor calidad de vida. La occidentalidad norteamericana se apoderará tarde o temprano de esta pequeña isla caribeña, el problema es si al mejorar su condición económica, sanitaria y educacional perderán su identidad cultural.
La globalización se está apoderando del planeta a una velocidad vertiginosa, al igual que el cáncer se apodera del cuerpo humano, convirtiéndolo todo en algo monótono, sin carácter propio, sin tradiciones. Nos estamos transformando en un pueblo homogéneo, que viste de zara, bebe coca-cola y come big macs. Quizás dentro de un años, incluso dejemos de ser humanos para convertirnos en máquinas.
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